Remedios
y capitalismo
Escrito por Marco Espinoza
Ya han
transcurrido 150 días desde que se declaró el Estado de Emergencia con respecto
a la crisis sanitaria del famoso SARS COV. 2.0, no ha cambiado mucho el
panorama, sin embargo el número de contagiados y de fallecidos ha ido elevándose.
Cientos de familias han perdido a un ser querido, el costo de vida se elevó,
las medicinas aumentaron su valor real, todo aumento, sin embargo se perdieron
muchos puestos de trabajo, en cambio ha permanecido el hambre, la miseria, la
pobreza, el egoísmo y la indiferencia, lo dicho no ha podido ocultarse ni con
la mascarilla ni con las cortinas de humo que a diario lanza el gobierno peruano.
Lo que
nos preocupa es que la salud tenga un precio y que millones de familias no tengan
las posibilidades económicas para tratarlo. Hoy por hoy los que se han beneficiado
con esta pandemia son el gobierno, la CONFIEP, el Banco Mundial, el FMI, los supermercados,
las farmacias, boticas, las clínicas privadas y los laboratorios que trafican
con las necesidades de los que no tienen la posibilidad de adquirirla. Al respecto el maestro Carlos Castillo Ríos,
doctor en Educación, periodista y abogado, es seguramente el peruano que más ha
trabajado en educación y ha realizado investigación en lo que respecta a la
SALUD, en los años 80. Quien fuera profesor principal de la Universidad
Nacional Mayor de San Marcos, también considerado como el padre de la Educación
Inicial en el Perú, nos dice al respecto:
Somos, pues, más colonia que
nunca. Las potencias industriales ya no necesitan imponerse mediante sus
tropas, su bandera o sus leyes. Les basta ahora sostener y alentar un
consumismo ciego e irracional que empobrece al pueblo para llenarles a ellos,
las arcas. Y lo hacen comerciando no sólo con vestidos y detergentes, con
máquinas y espejitos, con cosméticos y películas, sino también –lo que ya es
repugnante- mediante pastillas, inyecciones, leches en polvo y ungüentos que si
a veces hacen bien generalmente, ocasionan daños. Para las trasnacionales se
trata, simplemente, de un negocio más o sea de otra manera de meter la mano a
los bolsillos del pueblo para arrancharle los pocos billetes que, a manera de
excedente, les ha quedado después de una dura jornada de trabajo. No importa a
los directorios de esas corporaciones que esas drogas ocasionan efectos
secundarios perniciosos. El objetivo es lucrar, a como dé lugar sistemática y
racionalmente, con todas las manos. Y en esta tarea, infortunadamente, tienen el apoyo consciente
o involuntario de funcionarios sin escrúpulos que no vacilan en comerciar con
el hambre y las necesidades de la comunidad y también la callada complicidad de
gremios y profesionales que en vez de dejar oír su voz de protesta frente a
estos delitos colectivos de lesa humanidad más bien colaboran con esta política
trasnacional de abusos y depredaciones. (Castillo, 1979. p. 10.).
Sin lugar a duda que el tema de SALUD se convirtio en un negocio redondo
para los inversionistas capitalistas, ejemplo de ello es el Grupo San Pablo y
sus 26 empresas en el sector Salud, esto a raiz de las normas que avalan este
negocio, dado en el gobierno dictador de Alberto Fujimori, el cual diseño unas
normas y leyes amparadas en su constitucion de 1993 que respaldan este sistema
lucrativo que ha beneficiado a unos cuantos y en cambio a afectado al pueblo
más vulnerable. Un tema muy delicado es que el personal medico de estas
empresas no cobran como personal propio de la empresa sino como terceros,
ademas los que manejan estas clinicas tambien manejan los entes fiscalizadores
que supervisan el desarrollo etico y lucrativo de este consorcio. Es lamnetable
que en paises subdesarrollados como el nuestro se tenga que lucrar con la
SALUD.
Referencias
Castillo, C. (1979). Remedios
y Capitalismo. Realidad Nacional: Lima, Perú.
[Fotografia de Marco Espinoza]. (Lima, 2020). Archivo
de la Revista La Chispa. Lima, Perú.
https://ojo-publico.com/2015/el-prospero-negocio-de-las-clinicas-del-grupo-san-pablo
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