sábado, 11 de abril de 2020

¿Qué lugar ocupan las políticas públicas en salud en el Perú?


Uno de los artículos que en este tiempo de pandemia sanitaria y social me ha llamada la atención, deseo compartirlo con ustedes a través de este blogger, Carmen Lora, directora de la Revista Paginas, nos comenta sobre:

Tiempos difíciles que interpelan nuestras políticas públicas de salud.
Carmen Lora*
Vivimos el gran desafío de hacer frente a una pandemia. En verdad pone en evidencia que ante un riesgo de enfermedad como el COVID-19, que solo puede tornarse grave, si no es diagnosticada a tiempo y puede causar la muerte si no se cuentan con  los servicios indispensables para afrontar un tratamiento en cuidados intensivos.
El bajo porcentaje de letalidad inicial hizo pensar que la humanidad encararía el  COVID-19 como cualquiera de las otras epidemias con los servicios con los que contaba. Sin embargo, los días fueron pasando y nos dimos con que el 11 de marzo la OMS declaró que estábamos bajo la amenaza de una Pandemia que tenía una extraordinaria capacidad de contagio y que los recursos médicos estaban colapsando en varios de los países donde se estaba propagando, países desarrollados con “buenos” sistemas de salud. Semanas antes, nos asombramos cuando nos enteramos que China había construido un hospital en una semana. Lo consideramos una proeza solo posible para ellos, pero hoy estamos ante la constatación que ello es necesario en todo el mundo aunque la población de nuestros países sea infinitamente inferior a la de la China.
Y es que dicen todos a nivel mundial “No estábamos preparados”. Pero si nos preguntamos por qué, podemos comprobar que los servicios de salud de la mayor parte de los países no estaban pensados para la prevención en términos más masivos ni para diagnosticar ni para atender la etapa crítica de esta pandemia.  China nos ha ido dejando lecciones y Corea del Sur ha sido de los que más rápido ha reaccionado al primer requisito: diagnosticar no solo pasiva sino agresivamente, ir a buscar a quienes pueden estar infectados.
Nosotros, en medio de mil precariedades, estamos reaccionando y buscando cambiar esa clásica actitud de esperar que los enfermos vengan, para más bien ir en búsqueda de ellos. Las pruebas que están llegando nos lo permitirán, ojalá que a tiempo.
El otro desafío para el cual no estábamos preparados a nivel universal es la capacidad de atención de cuidados intensivos a quienes pasan a la etapa de gravedad de la enfermedad que no es un porcentaje muy alto pero que, incluso así, hicieron colapsar los servicios de países como Italia donde los médicos tuvieron que tomar la terrible decisión de a quien entregaban un respirador mecánico, privilegiando a quienes tenían mejores posibilidades de vivir, dejando morir a quienes estaban más frágiles. Imaginemos la expansión de estas situaciones en países como el Perú donde la posibilidad de atención en cuidados intensivos es sumamente limitada. Nos estamos preparando y reaccionando pero una vez más ojalá estemos en capacidad de afrontar esa demanda.
Estas falencias: incapacidad de diagnóstico masivo de una enfermedad nueva y limitación en servicios de cuidados intensivos y seguimiento han golpeado al conjunto de la humanidad y estamos aún ahora buscando resolverla lo mejor posible. Pero a la vez es indispensable sacar las lecciones que nos deja en múltiples aspectos desde qué espacio ocupa en la humanidad hoy la atención a la salud hasta cuáles son las prioridades en la economía global respecto al valor de la vida de las personas. Son múltiples las preguntas que esta pandemia levanta en los muy variados aspectos de la vida social, económica y política.
 ¿Qué lugar ocupan las políticas públicas en salud en el Perú? 
Lo que el COVID 19 nos demuestra con urgencia es la necesidad de replantear a fondo en el Perú el lugar que ocupan las políticas públicas en el ámbito social y en particular las del sector salud. Quisiera detenerme, a analizar el lugar que ocupan las políticas públicas en salud en las prioridades de la acción de nuestro Estado a partir de otro caso concreto, la tuberculosis.
En el sector salud, un primer cambio se refiere a la visión y las actitud en la relación con la ciudadanía y es “no esperar que las personas vengan a los servicios para diagnosticar las enfermedades” sino buscarlos. Este es un enfoque ya antiguo de buscar más bien prevenir que curar. Y si bien muchos de los programas de salud están orientados por este enfoque sobre todo en la atención madre/niño, es necesario fortalecer este manera de enfocar los servicios de salud a partir de las lecciones que nos está dejando esta pandemia.  Hoy sabemos que lo más efectivo es diagnosticar a tiempo y hacerlo agresivamente. Ello permite controlar la enfermedad al inicio y evitar que los casos de gravedad aumenten en forma exponencial. Esto que nos enseña el COVID-19 es válido para muchas otras enfermedades o cuadros que amenazan la salud de las personas.
En el caso del Perú existe un conjunto de enfermedades que están sujetas a una vigilancia epidemiológica como ahora lo estamos haciendo con el COVID-19.
Quisiera tomar el caso de otra enfermedad que también está sujeta a esa vigilancia y que tiene una incidencia significativa en nuestro país: la tuberculosis.  Somos unos de los países con más casos de enfermos de tuberculosis en América Latina. Podemos analizar cómo la manera en que se aborda esta enfermedad que se expandió en nuestro país desde la Colonia[1] evidencia la urgencia de cambiar la prioridad y el enfoque que tiene el Estado en relación con las políticas públicas en salud, pues lo que ahora se evidencia con el COVID 19 es válido para otros cuadros. Es real que en el caso de la tuberculosis los determinantes sociales son centrales: buena alimentación y condiciones de salubridad como vivienda apropiada exceden al sector salud y comprometen más sistémicamente la acción del Estado. No nos detendremos en ello pues nuestra intención es visibilizar los restos que el COVID19 levanta en cuanto a los aspectos de prestación de los servicios
Subregistro que no permite controlar efectivamente la enfermedad.
De acuerdo al Informe del Grupo Peruano de Salud respiratoria (GRUPSAR)[2]: “El 2017 el Perú reportó 31,518 casos de TB[…]Según la OMS, en el Perú tuvimos unos 37,000 enfermos de TB en el 2016, es decir, que hay una brecha de aproximadamente 6,000 personas con TB que no fueron identificadas por los sistemas de salud y no llevaron ningún tratamiento médico, lo cual expone a más personas a contagiarse de la enfermedad y agravar la situación en el país.” Una lección que nos deja el COVI-19 es que deberíamos diagnosticar la Tuberculosis mediante un control mucho más proactivo. Hoy tenemos frente a esta enfermedad una política insuficiente, no queremos enfrentar las cifras y para quienes están ya enfermos no tenemos una política de atención suficientemente sostenida que hace del abandono del tratamiento un hecho tan frecuente que eleva luego la cifra de personas drogo resistentes que devienen ya en incurables.[3]
Tomemos en cuenta además que en las actuales circunstancias, estamos ante una población especialmente vulnerable pues siendo la tuberculosis pulmonar una de sus principales manifestaciones, implica una mayor fragilidad frente al COVID-19 y supondrá para nuestro sistema de salud ya bastante desafiada, un reto más a enfrentar en su estrategia contra la pandemia
¿Podremos aceptar que siendo un país con un crecimiento económico importante y una economía sólida somos todavía foco de prevalencia de una enfermedad curable y que es posible de controlar?
¿Cómo hemos valorado la atención a la salud en el Perú?
Si bien se ha registrado un aumento de 13 % en el presupuesto asignado al Sector Salud para el 2020, en la distribución presupuestal del 2020, esta cantidad representa todavía un bajo porcentaje respecto al PBI. Se destinará 18mil, 495 millones para el sector Salud, monto que representa el 2,2% del PBI. En la región estamos por debajo del promedio de otros países. Con datos del año 2016 en el que nuestro presupuesto significaba el 3.3% del PBI, el Perú destinaba 436 dólares por habitante mientras que Chile asignaba 1,171 y estábamos por debajo de la media de América Latina y el Caribe que destinaba 612 dólares por habitante.
Pero el problema no es solo la magnitud del presupuesto, sino a qué se destina y cuánto se toma en cuenta la necesidad de tener funcionarios públicos de carrera, motivados y protegidos en el ejercicio de su función.
Calidad del gasto
Las grandes orientaciones de los Marcos Macroeconómicos Multianuales han protegido nuestro gasto público procurando su equilibrio fiscal. Ello ha permitido que nuestra economía esté fuerte, incluso a pesar de la disminución de su crecimiento en los últimos años. Sin embargo, las limitaciones que enfrentamos hoy en cuanto a capacidad de atención, de rapidez en el diagnóstico y de una insuficiencia de establecimientos, personal y equipos deben llevarnos a replantear muy radicalmente los criterios de inversión pública y la importancia para las políticas sociales de contar con un personal suficiente, calificado, que acumule experiencia en el sector público y que se sienta protegido al ejercer su labor.
Muchas veces en los sectores sociales se produce un debate entre la prioridad a la inversión en infraestructura e incluso en equipos como más importante que el gasto corriente que supone la contratación de personal para atender esa infraestructura, manejar y mantener los equipos en su pleno funcionamiento. Esta lógica lleva a que con frecuencia somos testigos de grandes construcciones que se convierten en elefantes blancos porque no hay el presupuesto para contratar a quien atienda los servicios para los cuales se invirtió en ellos.
La demanda urgente de instalaciones equipadas y funcionando que supone la atención del COVID-19 está llevando a desbloquear la parálisis que por múltiples motivos, también la corrupción, tenía cerrados hospitales en Lima y en varias regiones.
La aparición del COVID-19 ha sido también un punto de debate y visibiliza las actuales condiciones en la que trabaja gran parte del personal de salud atendiendo a los enfermos del COVID-19 y cuánto se los está protegiendo. Se ha dado la señal de alarma y se están tomando medidas para garantizar su protección y su continuidad en el trabajo. Y esto es importante porque una proporción importante de estos servidores están contratados bajo el régimen CAS que implica periodos muy cortos de contratación (3, 6 o 12 meses). Pero además esta condición precaria en términos laborales también lo es en términos de su salud.
Si vemos la estadística otra vez relacionada con la tuberculosis, comprobamos que en la Vigilancia epidemiológica que abarcó el período 2013 2018[4], se detectó que 1,709 trabajadores de salud había contraído la enfermedad a los largo de ese período, 230 nuevos casos en el 2018.[5] Si se consulta su régimen de contratación, 45% tenía un contrato CAS y 24.8 era nombrado.[6]
Otra lección muy importante que nos deja el COVID-19 es la urgencia de revisar la calidad de los contratos y las condiciones de trabajo de los trabajadores en salud.[7] Como vemos la desprotección ante el COVID-19 no es circunstancial. Se trata de un problema estructural.
Relacionado igualmente con otra lógica de nuestras políticas públicas es la absoluta ausencia de una cultura pero también de una reglamentación del mantenimiento de equipos, así como una práctica de corrupción. Lo constatamos con el episodio el Dr. Carlos Moreno, el médico del ex presidente Kuczynski, hasta la ausencia de incubadoras por estar 2malogradas y el caso que ya se reporta de respiradores mecánicos que están también descompuestos.

Volviendo a la situación que atravesamos actualmente, creemos que el COVID-19 nos desafía a saber cómo controlar esta pandemia lo más eficaz y eficientemente posible. Ojalá lo logremos, pero quedará pendiente un desafío quizás aún mayor si miramos hacia el futuro: cómo logramos que nuestros servicios públicos de salud sean también eficaces y eficientes en el tiempo.

Quizás el hecho que esta pandemia nos ha puesto ante la importancia de proteger la humanidad a nivel global, nos permita comprender que el Perú es también habitado por seres humanos cada uno y cada una de las cuales merecen ser tratados como tales, ya sea como pacientes o como trabajadores de la salud.
Se ha hecho visible lo escaso y precario de nuestro sistema de salud pública que lo hace tan inhumano ante el sufrimiento de quienes se acercan a él pero hay una reserva que nos permite ser optimistas. Ojala en un futuro no muy lejano podamos experimentar que los versos de Vallejo:
Jamás, señor ministro de salud, fue la salud
más mortal […]
Señor Ministro de Salud: ¿qué hacer?
¡Ah! desgraciadamente, hombre humanos,
hay, hermanos, muchísimo que hacer![8]

aludan a una realidad del pasado. Nuestro país lo espera desde siglos.





* Directora del Centro de Estudios y Publicaciones y de la Revista Páginas. Ha trabajado en la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza en los Grupos de seguimiento a las políticas públicas.
[1] Si bien estudios arqueológicos realizados a mediados de los 90, comprobaron la existencia de la tuberculosis en antiguos pobladores andinos de más de 2,000 años su expansión se produce con el hacinamiento de las reducciones de indios como lo relatan los cronistas que calculaban que uno de cada diez habitantes de Lima padecía de TB. Cf, Jave, Oswaldo(2019) Origen de la tuberculosis como problema de salud pública en el Perú en Páginas, 44 (253) pp. 46-50
[2] Informe realizado a pedido de la Mesa de Tuberculosis - Coalición 13 y publicado en Páginas, 44 (253), pp.72-79
[3] Cabe señalar que de los casos reportados 1,335 son casos de TB multidrogorresistente (TB-MDR) y 83 casos de TB extremadamente resistente (TB-XDR). En Lima y Callao se concentra la gran mayoría de casos: el 62% (19,692) del total de casos de TB, 83% (1,018) del total de casos de TB-MDR y 88% (73) en caso de TB-XDR.

[4] Cf. Presentación del Centro de Epidemiología, Prevención y Control de enfermedades. CDC Perú Disponible en: https://www.dge.gob.pe/portal/docs/tools/teleconferencia/2019/SE122019/04.pdf
[5] El crecimiento por año oscila entre 359 y 230 en el período 2013-2018. 
[6]  Cf. Presentación del Centro de Epidemiología, Prevención y Control de enfermedades. CDC Perú Disponible en: https://www.dge.gob.pe/portal/docs/tools/teleconferencia/2019/SE122019/04.pdf

[7] El Gobierno ha aprobado el D.U. 025-2020 según el cual se Dictan medidas urgentes y excepcionales destinadas a reforzar el Sistema de Vigilancia y Respuesta Sanitaria frente al COVID-19 en el territorio nacional.

[8] Vallejo, C.  [1931-1937] (194) Los nueve monstruos en Poemas Humanos En Vallejo: Obra poética completa. Lima: Mosca Azul, p.242-244.

jueves, 2 de abril de 2020

Un pequeño análisis del SARS COV 2.0 (COVID-19)


Un pequeño análisis del SARS COV 2.0 (COVID-19)

Escrito por Espinoza Marco
Agradezco las palabras de Elizabeth Aire y sobre todo el video que ha editado desde España, dándonos un panorama de los hechos que suceden en Europa a raíz del SARS COV 2.0 (COVID-19), el análisis que ella hace desde España para su tierra natal, Perú, nos trae diversos análisis, ¿qué hacer?, ¿Cómo actuar?, para ello lo desglosamos en los siguientes puntos:
a)    Es cierto que las personas más afectadas van a hacer las personas mayores, esto por las estadísticas que se han dejado ver, tras las muertes en Italia, China, España y casi todo Europa. A la fecha las estadísticas nos dicen que en Italia el número de muertos por este virus es de: 12,428 personas, seguido de España con 9,053 muertes, luego se encuentra el país de Francia con 3,523 fallecidos, posterior China-Hubei con 3,193 casos, Irán con 3,036 muertos, le siguen: Reino Unido con 1,789 fallecidos y finalmente EEUU-New York con 1,096 muertos.
Estas cifras son muy alarmantes pues el análisis nos dice que pese a que estos países son potencia mundial y por ende, cuentan con hospitales sofisticados, laboratorios y una economía que los respalda, han visto morir a sus propios hermanos, si comparamos esto con lo que podría suceder a un futuro con Perú, que a la fecha van 47 muertos, me refiero que en nuestro país no contamos en la actualidad con hospitales equipados, Postas de Salud adecuadas, Centros de Salud rurales sin la infraestructura necesaria y si aquello le sumamos que los médicos, enfermeros y todo aquel que trabaja en el sector de Salud no cuenta con un sueldo digno, el cual les pueda permitir mejorar su canasta familiar y además estar capacitados para cualquier emergencia o Pandemia mundial.
Este es el primer análisis, repito no contamos con la infraestructura necesaria para luchar con este mal, una bofetada a los peruanos, tras décadas de años de bonanza económica, donde la venta de minerales supero una cima, donde nuestros recursos naturales fueron vendidos, y nos hacemos la pregunta ¿A dónde fue a parar todo ese dinero? La respuesta la tenemos en el sistema corrupto de nuestros presidentes, de nuestros congresistas y claro ejemplo están los casos revelados de ODEBRECHT, DEL CONTRABANDO DE ARMAS en el gobierno de Alberto Fujimori, de la venta de clorhidrato de cocaína, del auge del caucho, del auge de la anchoveta, etc., si todo ese dinero hubiera servido para tener una sociedad más justa e igualitaria, donde hubiera habido una educación acorde a nuestras necesidades, hospitales equipados con las últimas tecnologías, Postas medicas con un buen número de médicos capacitados, la realidad de nuestro país sería diferente, y más para afrontar esta batalla, esperemos no tener terribles consecuencias por lo descrito.
b)    Otro análisis que entra a tallar después de que observáramos el video editado por Elizabeth Aire, nos dice que el otro sector que será golpeado con esta enfermedad serían los niños, aquellos que son el futuro del mañana, coincido con Elizabeth con el ejemplo que nos brinda, sobre la tierra natal de su señora madre, Huancayo, donde una comunidad “x”, con 300 pobladores sea infectada y ese lugar solo cuente con un Puesto de Salud y con pocos médicos, la cantidad de muertos por este virus no solo será por la infección sino porque no hay hospitales necesarios para apoyar a esa cantidad de personas y menos la cantidad suficiente de personal médico que preste el apoyo. También es cierto que en muchos hogares la alimentación que tienen los niños no es la adecuada, muchos de ellos sufren de anemia, es ahí donde los organismos de estos seres vulnerables no podrán  resistir y tendremos que lamentarnos por sus muertes, pese a que existen los Derechos del Niño a nivel mundial sin embargo, eso no es prioridad para muchos gobernantes que desfilaron por la casa de “Pizarro”. Y es que estos niños vulnerables en su mayoría son hijos de los obreros, de los campesinos, de los pueblos jóvenes, del sector más abandonado por los gobiernos de turno, ahí donde el agua no llega, ahí donde no hay desagüe, ahí donde no ha llegado el sistema eléctrico, en fin personas olvidadas que tienen que salir cada mañana a trabajar para posterior llevar algo a su hogar, son esas personas las que serán afectadas con más fuerza por este COVID – 19.
c)    Para finalizar esto, tendremos que decir que lo que hoy observamos por los medios de comunicación donde el gobierno da migajas de ayudas al sector más vulnerable, como un bono económico de 380 soles,  algunos podrán retirar su CTS y unos pocos podrán recibir aquellos vivieres que deambulan por los sectores más empobrecidos, esos costos altos que serán puestos en un papel con cifras altas a lo real serán asumidas nuevamente por el obrero, al igual que lo fue antes, o tal vez nos pongan un nuevo impuesto donde los que paguemos seamos el pueblo, es decir, por tanto dinero que la corrupción se llevó a cuentas bancarias extranjeras, saqueando al Perú y hoy esos mismos se encuentran preparados para derrotar a esta pandemia dejando indefenso y sin armas al pueblo que tienen que soportar hospitales que se derrumban, colegios que se vienen abajo, falta de medicinas, etc. Me olvidaba a los pensionistas del Perú, por ejemplo a los de la Ley 19990 no se les ha aumentado ni un sol, ni siquiera se les ha brindado un bono adicional en sus cobros mensuales, pero en cambio el presidente de turno si salvaguarda las planillas de los empresarios privados ayudándolos en un 35%, es decir, quiere quedar bien con ese sector que por decenas de años se benefició con los impuestos con las ganancias altas y ahora no pueden apoyar a sus trabajadores con pagarles dos meses sin trabajo, pero el gobierno en cambio se olvida de las personas más vulnerables dejándoles al borde de la muerte.
Lo que más me llama la atención es la poca solidaridad que existe entre peruanos, en estos 17 días de cuarentena más de uno ha sacado provecho económico, primero empezar por los supermercados, por los comerciantes informales al subir de precio los productos de primera necesidad, lo mismo con los colectivos y las camionetas rurales.
A todo esto siento una amargura, ver a un pueblo dormido, aletargado, preocupado por sí mismos y observando lo que hace el gobierno con nuestro país, se ha decretado la famosa Ley 31012, que da rienda suelta a que los militares y policías puedan acabar con la vida del otro, sin justicia alguno.
Ayer, muchos políticos conservadores, si aquellos que defienden los intereses de sus amos, tratando de evitar de que se libere el 25% de sus aportes de AFP para poder utilizarlos en las necesidades primordiales que necesiten sus aportantes, medios de comunicación como Radio Programas del Perú defendiendo y dando cabida a los empresarios y comandados por la presidenta de la CONFIEP; sugiriendo que eso traerá consecuencias altas a nuestra economía, ¿y es que estos nos creen tontos o es que piensan que pueden hacer lo que les da en gana con nuestros aportes?
A todo esto, nos preguntamos en dónde están los gremios, los sindicatos de los obreros no se han pronunciado, la CGTP  pareciera que no existe y mucho menos del Ministerio del Trabajo (SUNAFIL), las condiciones laborales con las que el día a día está en contacto con el obrero. Si ayer fue peor, hoy con esta pandemia es mucho más riesgoso, trabajadores que han sido despedidos, trabajadores que hoy no tienen que comer. En fin, tenemos mucho que analizar en estas fechas de reflexión el apoyarnos juntos porque somos una sociedad y el de caminar juntos porque somos humanos.

Referencia
Aire, E. (Productor). (23 de marzo de 2020). Coronavirus Perú, un pequeño análisis [Audio en podcast]. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=TTFeScWRt7g&t=136s&fbclid=IwAR0wYH-QcB4w2XcTIauaDxmOmyJHiIyEpnf4quWfXi6ZNnYBpcQpnsNm-60