jueves, 24 de febrero de 2022

Una cachetada a los trabajadores sin contratos laborales

 


CACHETADA A LA POBREZA

Por Marco EspinozaS.

En los últimos días diversos políticos y periodistas han destacado que somos a nivel de Sudamérica la mejor economía estable superando a Chile y Colombia. Sin embargo, lo que no se dice es que somos el país con más informalidad, el país en el que las leyes laborales solo están de adornos, un país que su sueldo mínimo esta en el fondo del hoyo, un país en donde los niños mueren de frio, hambre, miseria e indiferencia de sus autoridades. La prensa actual no lo dirá, más bien seguirá en su objetivo de desestabilizar a cualquier gobierno que ingrese con la idea de tocar a sus patrones.

Es muy lamentable que en nuestro país sea como un embudo, lo ancho para las clases adineradas y lo angosto para los más vulnerables. El pasado viernes 11 de febrero del 2022 el Ministerio de Salud publico la Resolución Directoral 099-2022, en la cual establece que el ex ministro de Salud: Hernando Ismael Cevallos Flores, reconocer a favor por concepto de beneficios laborales: Compensación por Tiempo de Servicios, Entrega Económica Vacacional y Aguinaldo Trunco, al haber prestado servicios bajo el régimen del Servicio Civil, la suma total de S/. 29,052.30.

Hay quienes gozan de buenos sueldos y comisiones y además de buenas liquidaciones sociales, nos preguntamos como se sentirán los trabajadores de las diferentes entidades estatales que laboran como terceros, en las cuales no les corresponde ningún sol cuando son despedidos. Este dinero que a destinado el MINSA para liquidar a un medico es una cachetada a la pobreza. Hay que recordar que en toda compra de medicina y de vacunas hay comisiones y no dudamos en que alguien del MINSA lo haya cobrado.

Con este contexto, quiero escribir un párrafo del libro de Medicina y Capitalismo del profesor y periodista Carlos Castillo Ríos, quien nos dice sobre la salud y pobreza lo siguiente:

No nos cabe duda que esta posición puede disgustar a muchas personas, pero no es para preocuparse. Partimos de la comprobación de un hecho irrefutable, vivimos respirando cultura, ciencia, técnica y moral burguesas. La ideología de la clase dominante nos envuelve, nos ingresa por los poros en cada programa de televisión, en cada comunicado oficial, en cada prédica de parroquia y en cada artículo de periódico. Vivimos, irremediablemente, en una atmosfera contaminada. En ese ambiente no resulta raro que la mayoría de personas no vea o no quiera reconocer algunas imágenes muy reales del capitalismo: mientras unos están deslumbrados por lo que el sistema dice ser, otros se asocian a sus “verdades” porque así les conviene. (Castillo, 1979, p. 11)

Referencia

Castillo, C. (1979). Medicina y Capitalismo. Realidad Nacional. Lima, Perú.