sábado, 25 de diciembre de 2021

𝗖𝗿𝗶𝘀𝘁𝗮𝗹 𝘃𝗶𝘃𝗲 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗰𝗼𝗽𝗮𝘀

 

RADIOGRAFIA DE UN CLUB

Copa Libertadores lo salva de la quiebra

Cristal vive de las copas

Por Luis Trujillano

Reeditado por Marco EspinozaS.

               


Solo la Copa Libertadores salva de la quiebra al club Sporting Cristal. El torneo internacional de clubes campeones de Sudamérica, fue su único respaldo financiero en los dos últimos dos años.

            Su equipo de fútbol profesional, le demanda un pago mensual de seis millones de soles. Sus ingresos por su participación en el Campeonato Descentralizado de Futbol, son muy pobres.

            Con seis mil socios registrados, Cristal necesita de diez millones de soles mensuales para su mantenimiento.

            El futbol profesional tiene sus propios recursos, pero no resultan muy seguros ni promueven un excelente margen de utilidad.

            A comienzos de este año, por ser campeón peruano, participó en la Copa Libertadores, frente a los equipos Cobreloa y Universidad de Chile. Recibió ciento cinco mil dólares (alrededor de 44 millones de soles). La copa permitió cubrir un déficit arrastrado del campeonato anterior. Sus ingresos por su participación en el Descentralizado del 80 llegaron a los cincuenta y nueve millones de soles, mientras que sus gastos sumaron noventa y cinco millones de soles.

            En 1979, Sporting Cristal, también se vio salvado por jugar en la Copa Libertadores al recibir por su participación en calidad de subcampeón peruano un total de ciento cincuenta mil dólares. Ese año enfrentó a River Plate y Vélez Sarfield de Argentina.

            En la actualidad resulta ser el club que paga los sueldos más altos. Tiene jugadores que alcanzan los cuatrocientos mil soles mensuales, pero como promedio tienen sueldos de trescientos mil.

            Esta situación obliga a Cristal a programar partidos internacionales fuera del Perú. Su centro de operaciones lo tiene en campos de Centroamérica y de Asia.

            Cristal recibe mensualmente la aportación de 2 millones y medio provenientes de la cervecería Backus y Johnston por concepto de publicidad. Sus socios aportan mil soles mensuales. Sus ingresos son dedicados al desarrollo de las disciplinas deportivas de aficionados como el básquetbol, beisbol, ciclismo, box, bochas, tenis y vóleibol. Moviliza un total de cuatrocientos deportistas.

            Sin embargo, como club deportivo y de esparcimiento, aún no alcanza su completo desarrollo técnico necesitando para lograrlo de escuelas propias para cada una de sus disciplinas.

            Mientras tanto, como todos los clubes profesionales del medio, Cristal sigue preocupado en la rama de futbol, desde que creado hace veinticinco años. Su máxima meta es llegar a la Copa Libertadores.

Abran el club

            Sporting Cristal debe abrir sus puertas a los “rimenses” porque el club pertenece al distrito y sólo así dejará de ser un equipo de futbol con poca simpatía.

            Eduardo Bustamante habla con el corazón. Es Presidente de la Comunidad Industrial, hace año y medio, de la cervecería Backus y Johnson. Opina a nombre de los trabajadores que ven en la institución deportiva un lugar común para sus familiares.

            Considera que hasta hoy Sporting Cristal es un club cerrado. Sólo para uno cuantos socios que buscaron un lugar de esparcimiento hace 25 años.

            Bustamante, cree que no basta con decir que se trata de un club que no le niega el ingreso a nadie y que, con inscribirse por una mínima cantidad de soles, todo está resuelto.

            “El club debe tocar las puertas de cada vecino del Rímac y mostrar a la niñez que existe un lugar donde puede hacer deporte con el máximo de seguridad”. El comentario del comunero se proyecta hasta tocar la estructura de la directiva del club. Reclama de ella una mayor preocupación para volcarse totalmente al interior de la fábrica de cerveza.

            “Los trabajadores de la cervecería —dice— somos los que damos vida al club y creo que es muy poca la actividad institucional que se hace al interior de nuestro centro de trabajo”. Pide también, una representación de los trabajadores de la Backus en la directiva, para fortalecer la marcha del club.

            “Hay gente en la directiva —señala— que son miembros directos de la cervecería, pero fueron elegidos como socios y no como representantes de la fábrica”. En su esperanzado análisis Eduardo Bustamante, invoca a los que dirigen club que se inicie una campaña en la que los escolares del Rímac tengan facilidades de ingreso en determinados momentos para practicar el deporte preferido. Solo así Cristal se meterá en el sentimiento de los “rimenses”, dijo.

            Una buena forja

            Pero, de otro lado, Cristal es un caso único en el futbol profesional peruano: los juveniles e infantiles de pocos recursos económicos, reciben alimentación diaria. Con ello, explican los dirigentes se garantiza la seguridad orgánica del jugador, que además disponen de atención médica permanente.

            Este tipo de ayuda demanda un desembolso de por lo menos seis mil soles diarios, motivando un gasto de 150 mil soles mensuales. A esa cantidad se le agrega otros 150 mil soles que sirven para la movilidad de sus jugadores. No todos sus juveniles, por cierto, almuerzan en el club, pero constituye el primer paso de una labor ideal por el cuidado de los deportistas.

            A pesar de todo esto, y de ser un club que proporciona todo el material deportivo para los entrenamientos y partidos oficiales en sus tres categorías  (infantiles, juveniles y calichines) aún no resulta del todo completo.

            Para su mejor preparación, se ha visto en la urgencia de contratar al técnico uruguayo, Ondino Viera, que oficiará como maestro de sus actuales directores de equipo. (Trujillano, 1981, p. 29)

Referencias

Trujillano, L. (17 de noviembre de 1981). Cristal vive de las copas. La República, p. 29.

[Fotografía del Diario La República]. (Lima. 1981). Archivo fotográfico de la “Revista La Chispa”. Imágenes extraídas de la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional del Perú: Lima, Perú.